El estrés visual es una dolencia existente desde el principio de los tiempos, ya que es una respuesta a un esfuerzo excesivo de nuestros ojos a corta distancia y durante periodos de tiempo prolongados; pero que se ha visto acrecentada en los últimos años por la introducción masiva de las pantallas en nuestras vidas, especialmente televisiones, ordenadores y dispositivos móviles.
Qué es el estrés visual
Nuestros ojos no están diseñados para ver a corta distancia durante mucho tiempo, si no para las demandas visuales lejanas que requerían la lucha por sobrevivir en nuestro pasado prehistórico. Paulatinamente esta situación ha ido cambiando con el paso de la civilización, pero la escalada ha sido radical en los últimos años. Nuestra vida cotidiana se desenvuelve ahora en un entorno de solo unos pocos metros y nuestra visión también, con la exigencia cada vez mayor de trabajo para la visión cercana. Trabajamos en oficinas y pasamos gran parte de nuestro tiempo en casa o en sitios igualmente cerrados, casi siempre con luz artificial y cada vez más contaminados. Y, además, hemos incrementado las actividades que implican una visión fina, como la lectura y la escritura.
El resultado es que muchas personas, aún teniendo su agudeza visual intacta, no tengan una visión confortable y presenten la aparición de síntomas como dolores de cabeza, musculares en la espalda y cervicales, visión poco nítida, insomnio y fatiga general.
Esto podría ser un aviso de fatiga visual o astenopatía. Otros síntomas pueden ser la sensación de pesadez, el enrojecimiento, escozor, aumento de la secreción de lágrimas o la disminución de la agudeza visual.
Fijar la vista a corta distancia durante mucho tiempo es el principal factor de riesgo de padecer estrés visual y eso ocurre cuando pasamos muchas horas delante de los ordenadores, usando nuestros móviles o viendo la televisión.
Si las molestias aparecen al final de la jornada laboral o al final del día y todos, o casi todos los días, puedes dar por casi seguro que padeces estrés visual; aunque debe ser un profesional quien lo confirme.
Cómo combatir el estrés visual
En primer lugar teniendo en cuenta que la posición y la postura que mantenemos inciden en el rendimiento de nuestra visión, al igual que factores como la iluminación o el agarre del bolígrafo para escribir.
En segundo lugar considerando como imprescindible establecer unos descansos cada cierto tiempo para enfocar la vista a distancia. Los especialistas hablan de un minuto de descanso por cada 15 trabajados para ayudar a disminuir la fatiga visual. Existen, además, recomendaciones oficiales del INSHT al respecto para las personas que trabajan con patallas. El desarrollo de actividades al aire libre ayuda mucho en este sentido.
Y, por último, adoptando una serie de pautas ergonómicas para que la fatiga nos cause el menor número de trastornos posibles:
Para leer y estudiar:
- Descansa cada 30 minutos mirando a lo lejos durante unos minutos.
- Mantén una distancia de 40cm al libro y colócalo elevado 25º de la mesa.
- Si puedes lee en una habitación con buena luz natural y, si tienes una ventana, colócate cerca para poder relajar la vista. Si tienes que usar luz artificial recuerda colocarte de forma que entre desde el lado opuesto al que leas, para evitar sombras.
Para trabajar con el ordenador:
- Descansa cada 30 minutos mirando a lo lejos durante unos minutos.
- El ordenador debe estar situado, al menos, a 50 centímetros de distancia y a 12 centímetros por debajo de la altura de los ojos.
- La silla debe facilitar una postura equilibrada, con la espalda recta y los pies apoyados totalmente en el suelo o sobre un soporte; en ángulo de 90º las rodillas con la espalda y ésta con el ángulo del codo. Por eso es importante que pueda regularse en altura e inclinación del respaldo.
- Trabajar a la distancia de Harmon (distancia del codo a la primera falange del dedo corazón, aproximadamente unos 40 cm), nunca más cerca. Es esencial ser conscientes para no reducir esta separación. Apoya los antebrazos sobre el plano de trabajo.
- Lógicamente la mesa también debe tener una altura adecuada que permita esa distancia y la postura anterior.
- Puedes usar un atril para tener una mejor distancia e inclinación a libros y documentos que debas usar.
- Si usas gafas y las has comprado con cristales antireflectantes tu confort visual será mayor.
- No coloques notas en la pantalla y evita mirarla fijamente sin parpadear.
- Pon todo el material de trabajo tan cerca de la pantalla como te sea posible, para evitar los continuos cambios de enfoque y los movimientos de ojos y cabeza.
Para ver la televisión:
- Mantén una distancia prudencial a la pantalla, no menos de 2 metros.
- Evita fijar la mirada sin parpadear.
- Usa una luz ambiente para estimular la visión periférica.
- Otras cosas que puedes hacer para ayudar a tu visión son mantener una temperatura óptima de tu zona de trabajo / lectura; usar lágrimas artificiales; aplicar pequeños masajes oculares en la zona que rodea al ojo con la yema de los dedos y realizar pequeños ejercicios abriéndolos y cerrándolos con pequeños descansos.
Por último recuerda que, como ocurre en casi todas las situaciones, los más pequeños están especialmente expuestos a este estrés; sobre todo los menores de siete años porque las funciones visuales aún no han madurado del todo y eso les obliga a forzar más la vista para leer o escribir. Hay estudios que consideran, incluso, excesivamente temprana la edad de cinco años para empezar a leer precisamente por la presión que se causa al niño y porque este hecho forzado puede provocar el rechazo de plano a una actividad que no debería resultar una molestia.
En todo caso podemos limitar su acceso a los terminales y pantallas y las horas de televisión o videojuegos a no más de 2 al día en total y tratar de realizar paseos y actividades al aire libre en lugar de rendirnos a la tecnología.
De esta forma tal vez no podamos acabar con la fatiga visual, pero la mitigaremos en gran parte.