Los reflejos primitivos son un conjunto de movimientos automáticos realizados por los bebés ante diversos estímulos sensoriales, que les permiten su supervivencia en las primeras semanas de vida.
Se trata de movimientos involuntarios que aparecen ya en el útero materno y van desapareciendo en el tiempo, permitiendo al bebé que estas funciones se realicen de manera controlada por su cerebro.
Los reflejos primitivos deben aparecer, manifestarse y desaparecer integrándose en patrones de movimiento más complejos. Cada uno de ellos tiene un función, que integrados correctamente permite la realización de movimientos. La edad óptima para desaparecer son los 6-12 meses, si no son integrados, afectarán a distintas áreas del funcionamiento como son la coordinación motora, percepción sensorial, cognición y expresión, es decir, las bases del aprendizaje.
Varios de estos reflejos tienen una relación muy directa con el desarrollo de distintas habilidades visuales, como son los movimientos oculares, el sistema de enfoque y la visión binocular. La estrecha relación entre el desarrollo motor del bebé en los primeros meses de vida y la evolución de sus habilidades visuales hacen que ambos se desarrollen de forma paralela, por lo que si uno de ellos no lo hace correctamente, de igual manera sucederá con las habilidades visuales.
Hay varios reflejos primitivos que tienen una relación directa con distintas habilidades visuales:
- Reflejo Moro: se activa por algún suceso inesperado como respuesta de alarma, llamando la atención de sus cuidadores. Si este reflejo no se integra correctamente, a nivel visual, puede desencadenar problemas acomodativos, oculomotres y de percepción visual. Se relaciona también con la fotosensibilidad y la reacción de las pupilas ante la luz, mareos al movimiento y un mal equilibrio.
- Reflejo Tónico Asimétrico: produce que el bebé mueva los brazos y piernas dependiendo de la posición de su cabeza. Permite una primera coordinación ojo-mano presente en las primeras fijaciones sobre objetos cercanos, entrenando con ellas la visión binocular.
- Reflejo Espinal Galant: este reflejo tiene un papel activo en el parto, su falta de integración se relaciona con problemas de hiperactividad y falta de atención. Aquellos niños que no integran este reflejo suelen tener dificultades para mantenerse sentados durante mucho tiempo, periodos cortes de atención y memoria pobre a corto plazo.
- Reflejo Tónico Laberíntico: ayuda al niño a adaptarse a las nuevas condiciones gravitacionales, ejerciendo una gran influencia en el tono muscular, ayudándolo a enderezarse.
- Reflejo Tónico Simétrico: ayuda al bebé a vencer la gravedad. A nivel visual, entrena la acomodación, ya que para integrarlo, el niño pase de mirar de lejos a cerca y viceversa, ampliando la distancia a la que ven con normalidad. La falta de integración de este reflejo puede ocasionar malas posturas al sentarse, acercarse mucho a los libros y generar una pobre coordinación ojo-mano.
- Reflejo Palmar: se activa presionando la palma de las manos, a lo que él reaccionará cerrando los dedos. Si no integran este reflejo, pueden aparecer problemas en el control motor de las manos, que se evidencia en dificultades para atarse los cordones, escribir o movimientos involuntarios con la boca.
¿Se pueden prevenir estos problemas de integración? Los controles en el desarrollo motor de los niños son fundamentales, de esta forma, podemos evaluar si se producirán problemas en la visión y si se pueden aplicar tratamientos, preventivos y resolutivos, de los problemas visuales.
El desarrollo del bebé deber ser el adecuado, no debemos intentar acelerar los procesos y estar siempre alertas para poder ayudarlos a superar las barreras. Así como aprender a inhibir el movimiento, la clave para cualquier movimiento, no es el no movimiento, si no su control.
Si sospechas que tu hijo puede tener reflejos sin integrar, estaremos encantados de atenderte. Desde Ópticas Barbarela podemos asesorarte y remitirte al especialista que proceda, dependiendo del estado y el grado de activación de los reflejos.